El enorme placer de dar

Hace mucho tiempo no me sentía tan tan tan viva, plena y abundante como este 20 de diciembre. 

El 20 de diciembre es una fecha especial para mi, pues cumple mi hermanita años y durante mucho tiempo fue la fecha en la que TODA la familia se reunía para celebrar su cumpleaños y de paso algo de la navidad. Mi corazón siempre sonreía ese día. Hasta que mi hermana se fue a vivir fuera del país y otras cosas más cambiaron en la dinámica familiar… y no volvimos a celebrar más esa fecha como antes. 

Para mi fue duro sin darme cuenta. Como si una lucecita se hubiese apagado.  Hasta que me di cuenta que realmente lo que pasaba es que ese día para mi representaba la verdadera navidad.  Así que decidí recuperar algo de aquello que tanto extrañaba y organizar ese día las novenas en mi casa .  Sin embargo, aún me hacía falta algo, obviamente además de mi hermana… 

Sin embargo, este 20 de diciembre decidí juntar esta “tradición” junto con otra que yo había creado 10 años atrás y que suspendí por un año: “el aquelarre navideño”.  Este último fue un espacio creado para algunos de mis amigos más cercanos y una que otra persona que los ángeles me sugirieran invitar.  

Para juntar ambas “tradiciones”, abrí las puertas de mi casa, que para mi es como decir que abro las puertas de mi corazón, durante todo el día con el fin de compartir y recordar la dimensión espiritual de la vida.   La familia invitada a lo novena en la noche, los amigos podían pasar durante el día a la hora que más les conviniera. 

Y fui tan tan tan feliz.  Amo compartir con mi familia y amigos, pero sobre todo me encanta poder darles algo de mi y contribuir con mis dones y rarezas a sus vidas tanto como ellos contribuyen a la mía. 

Ratifiqué que pocas cosas elevan tanto el espíritu como DAR con amor, definitivamente es la mejor de las medicinas.  Dar en pequeñas o grandes dosis, ofrecer los dones con humildad, dar por el simple placer de hacerlo es lo mejor que podemos hacer para conectarnos no sólo con el espíritu navideño, sino con todo y todos a nuestro alrededor los 365 días del año. 

Porque además, cuando damos así, la vida siempre va a respondernos con abundancia. 

Las novenas son una tradición colombiana donde, durante nueve días antes del 24 de diciembre, nos juntamos en diferentes casas de familia y amigos a rezar la novena, comer platos típicos de esos días  y compartir con alegría.

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