El Plan de Vuelo de Tu Alma

Imagina que tu alma ha trazado un plan para ti, para tu evolución, para que aprendas genuinamente de dónde emana la felicidad y se habita la paz interior. 

Este plan no es un plan abstracto, al contrario, tu alma se vale de tu traje humano para que recorras esta experiencia; por lo tanto, lo primero que necesitas aprender es abrazar tu humanidad, con todo lo que esta trae.  No es posible vivir una vida plena y espiritual sino aceptas que estás hecho de luces y de sombras; de experiencias y actos sublimes, así como de actos mezquinos y egoístas a veces. 

Reconocerte y aceptarte humano es una acción divina.  Es el camino al amor, la compasión y la bondad.  Cuando te ves completo con todo lo que eres, abres tu corazón y con ello tendrás más fácil acceso a tu brújula interior. En vez de ir a tientas por la vida tratando de adivinar que será lo que la vida te quiere decir, podrás ir un paso más allá: aprender a descifrar lo que la vida te está mostrando para tu desarrollo y evolución y, por ende, aprovechar los ciclos de la vida para actuar con mayor conciencia y despertar en ti tu capacidad de co-crearla.  

Ahora, tu no sólo vienes a aprender también vienes a “enseñar”, a compartir tus dones.  Tus dones son parte de tu luz y no sólo están para servir a otros sino también a ti mismo.  

Tus dones son un porcentaje importante de tu propósito de vida y también hacen parte del plan de vuelo de tu alma. Los dones son tu maestría. Mientras que en algunos aspectos de la vida eres un aprendiz y a veces parecerá que un aprendiz eterno, en otros podrás desempeñarte con el tiempo con gran pericia haciendo uso de tus dones. 

Aceptar tu humanidad, entender las lecciones que vienes a aprender y desvelar tus dones para usarlos a favor tuyo y de otros, son elementos claves para que puedas diseñar una vida en fluidez y plenitud.

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