La fe
No he estudiado teología para tener definiciones de la FE dignas de figurar en las búsquedas de las frases celebres, pero sí tengo la experiencia y las evidencias de lo que para mi es la fe. Creo además que si no hubiera sido por esta poderosa palabra de dos letras, no habría podido lograr muchas de las cosas que he logrado, ni guiar a mis clientes en su camino, ni atravesar momentos difíciles.
No hablo de una fe religiosa necesariamente; estoy hablando de la fe como ese estado poderoso que nos lleva a atravesar caminos desconocidos sintiéndonos protegidos, seguros.
Yo he visto la fe expresada en esa certeza inequívoca que abraza lo incierto. La experimento como una entrega con total confianza en la vida y lo que esta trae para mí. Ahí no hay duda y no hay nada que perder. La fe es entrega. La fe es confianza. La fe es una fuerza que genera movimiento. Y en el camino, la fe y la esperanza se agarran de la mano para andar juntas.
La belleza de la fe es que la duda desaparece y cuando esta desaparece todo es posible. Con esto no quiere decir que no dudemos o que no reflexionemos, estoy diciendo que hecho esto (o no) una vez nos conectamos con la certeza de lo posible en medio de lo incierto los milagros pueden pasar.
No creo que la fe sea ciega, lo que creo es que la fe utiliza otros sentidos para orientarnos en el camino y su visión no es la que deviene de la mente, sino la que surge desde el propio corazón. Aprender a ver con los ojos del alma, nos mantendría en esa certeza que nos guía a través de lo incierto; nos guía en cuáles son los pasos a seguir, en cómo continuar el camino, dónde dar los giros…La fe guía, pero esa guía ha de venir desde adentro si queremos que ese recorrido sea a un ritmo propio y que nos honre. Lo demás es información y a veces ruido.