Tu vocación no es tu propósito, es un camino para conectarte con él

El propósito de vida responde a las preguntas de para qué estás en este mundo y cuál es esa huella distintiva que viniste a dejar en él. El propósito habla de tu dimensión trascendente, por tanto no se reduce a tu campo laboral.

Pensar que el propósito de vida sólo se manifiesta a través del trabajo, sería por tanto limitante. Tu propósito, es decir tu ser esencial, tus dones, tu capacidad de transformar, puede cobrar vida de múltiples maneras y en diversas manifestaciones de tu ámbito cotidiano.

Ahora bien, saber con claridad tu propósito, el para qué estás en este mundo ayuda enormemente a enfocar tu energía en lo laboral y en tu desarrollo profesional.   Te da dirección y te ayuda a tomar decisiones más sabias y llenas de sentido.   Así mismo, conocer tu vocación te ayuda a materializar tu propósito y a construir una carrera y unos ingresos a partir de él.

La vocación es el llamado de cómo llevar a cabo ese propósito. El propósito es el camino, la vocación te indica cómo caminarlo a partir de tus talentos y tus pasiones unidas.

Solemos pensar que la vocación es una profesión en sí misma, pero no es así necesariamente. La vocación es la expresión de un aspecto del propósito que indica en dónde poner los dones propios para servir mejor de acuerdo con lo que te gusta hacer.

Por ejemplo, mi propósito puede ser el de guiar a las personas en su camino y esto puede traducirse en:

-ser un navegante

-ser un coach

-ser un caminante y guía de caminatas…

Pero digamos que a mi no me gusta eso de sentarme a escuchar a la gente, sino que prefiero estar al aire libre y gozar de la naturaleza, aprenderme rutas nuevas para llevar a la gente y guiarla por esos caminos… Así que probablemente mi preferencia de profesión NO sea la de coach, sino que tal vez quiera estudiar algo relacionado con el medio ambiente e incrementar mi hobbie como caminante o tal vez hacer algo relacionado con turismo ecológico.

Por tanto, en este ejemplo, la vocación está en la preferencia (estar al aire libre, naturaleza, aprender nuevas rutas…).

Si yo intuyo cual es mi propósito pero no se mi vocación, puedo dar muchas vueltas antes de encontrar algo que me llene o si se cual es mi vocación, pero no se el para qué (propósito), puedo encontrarme en un escenario que no me otorga mucho sentido y me aburro o me desconecto. Por tanto ambas dimensiones son importantes cuando queremos desempeñarnos en algo que nos haga sentir a plenitud.

Para algunos descubrir su propósito, conocer su vocación requiere equivocaciones, salidas del camino para que, por contraste, logren encontrar lo que quieren, para otros solo ha requerido poner atención a las señales. En cualquier caso, el propósito no es una meta, es una forma de estar en la vida que resulta tremendamente satisfactoria y llena de sentido cuando éste es consciente y se nutre de una vocación clara y consistente.

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