Mujeres que viven en propósito

En promedio 7 de cada 10 personas que han participado en algún proceso conmigo sobre descubrir su propósito de vida son mujeres. Mujeres, en su mayoría profesionales, que no se sienten plenas; mujeres que están en medio de algún cambio sustancial que las ha llevado a cuestionarse: ¿y ahora qué? ¿qué quiero hacer con mi vida? ¿qué sigue? ¿por donde empezar?

No importa las circunstancias que disparan esta búsqueda; emprendes la búsqueda porque ya no quieres estar más perdida, porque eso de tener tantos roles que ya no sabes quien eres, o de estar complaciendo a todos y ponerte al final de la fila siempre, o de competir furiosamente con otros hombres y mujeres por ascender, etc, deja de tener sentido, porque en el fondo de ti sabes que ahí afuera, en eso que creíste no están las respuestas.

Entonces necesitas respuestas y necesitas buscarlas donde no lo habías hecho antes, o por lo menos no a profundidad. Porque las mujeres que hoy viven en propósito, sin excepción, se han atrevido a darse el espacio interior y exterior para responderse éstas y otras preguntas con la valentía de quien es capaz de habitar su vulnerabilidad. Sin el viaje interno no hay descubrimientos reveladores, solo palabras vacías, clichés de auto-superación y una que otra efectiva herramienta.

Las mujeres que se han atrevido a realizar ese viaje interior y sostenerlo contra viento y marea son capaces de vivir en propósito porque consiguen con el tiempo ser realmente auténticas, fieles a su corazón, entienden la magnificencia de su alma y aprenden a reconocer momento a momento en qué consiste la armonía interior (que se refleja en el exterior): Ser fiel al propósito del alma, aquel que la sabiduría interior ha trazado para manifestar lo que realmente somos: una expresión divina de la existencia humana.

Cuando descubres para qué estás realmente en este mundo, abandonas el intento de ser lo que otros quieren que seas, dejas de competir contra ti y contra otros de manera insana, dejas de ponerte por encima o por debajo de los demás, reconoces la diversidad que habita en tí y por ende desarrollas más compasión hacia lo diferente. Y todo esto y más sólo dando un paso decisivo: descubrir tu propósito de vida y atreverte a vivirlo con la valentía que esto supone en compañía de otras que como tú también se han atrevido.

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